

El niño o la niña que se
come las uñas

Morderse las uñas es un hábito de mucha gente, tanto de niños como de adultos. Este habito es el mas común entre los hábitos nerviosos y el que acompañará al niño incluso hasta en la edad adulta.
Enséñale a relajarse
A lo hora de relajar las manos, le diremos al niño que debe tensar sus manos cerrando el puño y manteniendo las manos cerradas, contando hasta quince. Una vez realizado esta tarea soltará las manos y tendrá una sensación calida y vibrante. Esta acción se repetirá hasta que las manos se encuentren relajadas.
Esta actividad debe hacerla varias veces al día durante una semana o más. Estos ejercicios de relajación pueden utilizarse para luchar contra la tensión.
Por otra parte debe relajar la boca y la mandíbula para ello, le diremos al niño que apriete los labios, después los dientes ligeramente y sonríe con la boca cerrada como si fuera un payaso, a continuación, debe respirar con la nariz de manera prolongada y profunda. Mientras exhala debe relajar la boca, dejándola abierta.

El/ Ella debe ser consciente, para ello:
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Utilizaremos comparaciones y los padres en este aspecto tienen que ser modelos, son ellos los que deben tener las uñas limpias y sin estar mordidas.
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Le podemos enseñar fotografías de revistas donde veamos que las uñas estén limpias.
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Debe ser consciente de su aspecto, para ello, deberá sentarse frente a un espejo y se mirará sus propias uñas.
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Muchas familias no saben la impresión que esto causa y se sorprenderán de la impresión que esto causa en algunos de sus hijos.

En cuanto el niño sea consciente de su momento es el momento de hacer cambios. Este cambio se puede hacer ofreciéndole una alternativa, es común que cuando los niños tienen las manos desocupadas, se muerdan las uñas, para evitar eso déle un objeto pequeño que pueda llevarlo a cualquier parte como por ejemplo: una piedra lisa, un amuleto...
Además, es conveniente que sustituya el gesto, para ello, el niño debe coger una pelota y estrujarla hasta que se la haya pasado las ganas de morderse las uñas.
Y por último, es importante elogiar y señalar sus progresos, demuestre al niño como sus dedos están menos enrojecidas y como crecen sus uñas.

